Aragón desgajado, una obra colectiva para entender los exilios republicanos de 1939

Diez autores han unido sus fuerzas y conocimientos en la obra “Aragón desgajado: los exilios republicanos de 1939”, coeditada por el sello zaragozano Doce Robles y el Instituto de Estudios Altoaragoneses de la Diputación Provincial de Huesca. El libro, coordinado por Alberto Sabio Alcutén, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, ofrece análisis y semblanzas originales sobre personalidades aragonesas del arte, la ciencia, la literatura o el cine, forzadas a elegir el exilio para sobrevivir primero al franquismo y, en muchos casos, al nazismo después. El resultado es un trabajo que profundiza en sus vivencias, motivaciones, esperanzas y compromisos. El objetivo es recuperar esos nombres para la memoria colectiva de Aragón.

La obra, ya a la venta en librerías de nuestro territorio y de las principales capitales españolas, sigue con exhaustivo rigor la odisea de figuras como el magistrado José Luis Galbe Loshuertos; los pintores Agustín Alamán, José Luis González Bernal, Ramón Martín Durbán y Manuel Viola; el caricaturista José Cabrero Arnal; el bibliotecario y pedagogo Juan Vicens de la Llave; los escritores Benjamín Jarnés, Joaquín Maurín, María Dolores Arana, José Ramón Arana y Ramón J. Sender, y el cineasta Luis Buñuel, entre otros.

De seguir sus pasos a través del exilio desde Francia hasta países como Argentina, Cuba, Uruguay, Venezuela o, sobre todo, México, se han encargado expertos como el escritor Javier Barreiro, los periodistas Esther Puisac y Víctor Pardo, los historiadores Amparo Martínez, Alberto Sabio y Manuel García Guatas y los profesores José Domingo Dueñas y Mary S. Vásquez. Todos ellos han dedicado años de trabajo para completar un poco más ese puzle del exilio que sigue abierto.

Por su parte, el escritor y periodista José Andrés Rojo describe en su texto las fases por las que pasaron los desenfocados exiliados republicanos, camino de Francia en su inmensa mayoría, atenazados en campos de trabajo y bajo malas condiciones y amenazados en poco tiempo por el nazismo, que actuó contra los españoles perseguidos con la decidida colaboración y complicidad del franquismo.

El libro contiene también un excelente capítulo a cargo de Sara Villarías dedicado a la función que ejerció el Centro Republicano Español de México, en el que los aragoneses Mariano Joven y Eduardo Castillo tuvieron un protagonismo esencial durante los años más duros del exilio.

“Aragón desgajado” es una aportación bibliográfica fundamental para conocer cómo vivieron las mujeres y los hombres exiliados, que, salvo casos especiales, no disfrutaron después del reconocimiento público que merecían.